26.11.2022

Postal del día de Acción de Gracias

Ha pasado poco más de dos meses, en realidad tenía planificado escribir esta entrada el día jueves, después de la pequeña cena que celebramos por el día de Acción de Gracias con mi familia, no es noticia que esta fiesta no forma parte del repertorio de las tantas festividades latinoamericanas que hay y que no fue sino hasta hace poco que se comenzó a difundir con mayor intensidad (por lo menos en mi país) por razones más capitalistas que culturales, sin embargo, no puedo negar que he disfrutado los años en los que hemos decidido aprovechar una que otra oferta que sale en algún buen restaurante y pasar un tiempo en familia, lo cual se ha vuelto cada vez más raro debido a mi trabajo y porque mi hermana este año se mudó de la casa familiar a su propio apartamento.

Volviendo a la cena, creo que mi guarnición favorita fue el puré de papa, las papas nunca fallan conmigo, es mi tubérculo favorito. Luego vino el postre, un delicioso rollo navideño, nunca antes lo había probado y la verdad me hubiera gustado una porción más grande. Una vez terminado todo, estuvimos conversando un rato y luego fuimos a ver un poco de televisión a la habitación de mis padres pero me quedé dormida, cuando desperté era casi medianoche así que solo me levanté para dirigirme a mi habitación e ir a dormir nuevamente jaja, así que ya no escribí nada.

En realidad, desde octubre tenía ánimos de venir a escribir algo pero el tiempo se me ha pasado desapercibido, el trabajo a tiempo completo le hace honor a su nombre, como expresé en mi última entrada este me deja sin mucha oportunidad para descansar y complacer algunas necesidades recreativas. 

Pero he venido con una buena noticia, sé que aún no he mencionado de que trata este trabajo del que tanto he estado hablando, tal vez me reserve algunos pormenores pero en resumen soy la encargada del sistema que gestiona la seguridad de los alimentos que se elaboran en la fábrica, no hace falta mencionar que es un cargo con muchas responsabilidades, pero de todas ellas quizá la más inquietante es estar a cargo de atender la auditoría.

Oh, la auditoría, el evento más esperado en la empresa o mejor dicho, el más temido, cada año se presenta durante dos días un auditor representante del ente certificador quién verifica que el sistema de gestión de seguridad alimentaria esté cumpliendo con todo lo establecido por la norma. Al comenzar se cuenta con la totalidad de puntos (100) los cuales se van restando conforme el auditor vaya detectando incumplimientos, cuantos puntos se resten dependerá de la gravedad del incumplimiento, si se llega a restar la cantidad suficiente de puntos es posible hasta perder el certificado. En mi caso nunca había presenciado antes una auditoría, mucho menos ser quien atienda una, así que es fácil imaginar el peso tan grande que sentía en mis hombros, a eso le agregamos el hecho de que este año (cada tres sucede esto) la auditoría sería no anunciada, es decir que el auditor llegaría de «sorpresa» cualquier día, vaya suerte.

El día por fin llegó a mediados de octubre, todo lo que alcancé a prepararme desde que inicié en la empresa en febrero fue puesto a prueba durante esos dos días, tropecé algunas veces, incumplimientos hubo algunos, pero me enorgullece decir que ante el escepticismo de algunos que no fueron tímidos en expresar que no me consideraban lo suficientemente apta, aprobamos.

Aún no sé si estaré presente para la próxima auditoría, pero ya me estoy comenzando a preparar.

Diciembre ya se encuentra a la vuelta de la esquina y con este mes se vienen las últimas festividades del año, quizá pase a escribir algunas entradas para compartir sobre Navidad, Año Nuevo, mis expectativas para el próximo año, etc.

Si el tiempo no me vuelve a consumir como lo ha hecho últimamente, nos vemos hasta entonces

No hay comentarios:

Publicar un comentario